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DABUKURI Y EL CHAVISMO: GUERRA MÁGICO RELIGIOSA.

  • Reynaldo PIña.
  • 20 may 2017
  • 6 Min. de lectura

Comienzo este escrito señalando algunos artículos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, específicamente los concernientes al Capítulo VIII De los derechos de los pueblos indígenas. Es necesario aclarar que el gobernador indígena Liborio Guarulla fue constituyentista (estado amazona) de esta constitución, no perdamos de vista este detalle no menor. Ante todo, el estado que es multiétnico y pluricultural además de democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político (Artículo 2 de la CRBV) reconoce principios fundamentales a los indígena, por ejemplo el idioma pero hay más.


Dice el artículo 119, «El Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras que ancestral y tradicionalmente ocupan y que son necesarias para desarrollar y garantizar sus formas de vida.» Obvié el enunciado a la demarcación de tierras, que no se han hecho a cabalidad por el estado pero por razones del tema no es necesario entrar en ello. Así también, el estado reconoce y respeta la interculturalidad bajo el principio de igualdad de las culturas.


De esta manera, el estado reconoce a los pueblos y comunidades indígenas, haciendo una distinción entre pueblo y comunidades. En el Estado indígena del Amazonas un estado multiétnico y pluricultural con siete municipios y numerosas culturas indígenas: Baniba, Bare, Curripaco, Dza Se (Piapoco), Eñepa (Panare) Hiwi (Guahibo) Hoti, Maco, Puinave, Sanömá, Wotuja (Piaroa), Yabarana, Yanomami y Yekuana. Todos con características propias que se desarrollan dentro de su espacio mágico religioso, de hecho, algunas comunidades son itinerantes o semi nómadas y se desplazan abiertamente por sus territorios. Para que tengamos una idea, los Yanomami es la etnia más numerosa y la componen aproximadamente 150 comunidades.


Por otra parte, el estado también reconoce las culturas, usos y costumbres, idiomas y religiones de esas culturas y etnias. Entendiendo culturas cómo la acción del hombre que permite representarse dentro de una comunidad (pequeña o grande) dentro de su condición objetiva o subjetiva como hecho social, político, económico; pensamiento mágico... en fin, toda la totalidad que permita representarlo. Sin embargo no es solo eso, es que, además, el estado en el Artículo 121 de la CRBV reconoce que Los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares sagrados y de culto porque los pueblos indígenas, como culturas de raíces ancestrales, forman parte de la Nación, del Estado y del pueblo venezolano. ¿A qué nos lleva esto?


Antes de responderles esa pregunta también hay que decir que dentro del chavismo hay una profunda creencia en tradiciones ancestrales y sincretismos, no es un secreto para nadie el culto que le rinden a Chávez, Bolívar y sus héroes de la independencia, son sus dioses o semidioses en algunos casos. O el constante pedir a los espíritus de la sabana a los que le pedía Hugo Chávez, difunto, en su proceso de recuperación tras la enfermedad que luego le causó la muerte o la reciente “maldición de macarapana” que lanzara Nicolás Maduro a los que votaran en contra de él.


El padre Palmar, disidente chavista, en una entrevista a Noticia Al Día, dijo que en una madrugada bajó a Miraflores con la ayuda del que era jefe de la Casa Militar de la época y vio a santeros cubanos con gallinas y templos de sacrificios.


Asimismo una investigación revela la obsesión de Hugo Chávez, difunto, por consultar videntes, hacer sesiones de 'ouija' y hasta practicar rituales de santería cubana, así lo relata el periodista David Placer a El Mundo, autor del libro “Los Brujos de Chávez”, dice, «en el Palacio presidencial de Miraflores se hacen rituales de espiritismo» el autor concedió una entrevista a El Universal. Además, El santero cubano Carlos Valdés reveló en una entrevista que el costo que pagó Hugo Chávez para iniciarse en la santería en Cuba fue de 30 dólares.


Aclarado este punto refirámonos al título del artículo: Dabukuri. Las razones de esto es aclarar el sentido mágico religioso que existe en el chavismo. Creen profundamente en lo sagrado de las expresiones religiosas, sincretismos, en mitos; de hecho, para muestra está la “capilla santo Hugo Chávez” ubicada en el 23 de enero, lugar para rendir culto a su dios Chávez.


Por otra parte y ante la crisis venezolana, el gobernador indígena Liborio Guarulla, dirigente al cual el chavismo no ha logrado ganar en el Estado Indígena del Amazonas en 17 años, lanzó una maldición invocando a sus ancestros, a sus chamanes, para que la maldición del Dabukuri caiga sobre el chavismo que en palabras de Liborio «ha tratado de hacernos maldad» esto apropósito de su inhabilitación política. Dijo, «Les aseguro que no morirán sin tormento, les aseguro que antes de morir comenzarán a sufrir y su alma va a vagar por los sitios más oscuros y pestilentes antes de poder cerrar los ojos» agitando su maraca emplumada, siguió en su alocución diciendo «así como ellos creen que tienen un poder material, nosotros tenemos un poder espiritual y nuestra gente nos ha protegido hasta el día de hoy y nos va a seguir protegiendo»


De hecho, el miércoles 17 de mayo de este año, se hizo una caminata de shamanes y maracas en las que el propio gobernador desde la Tierra Mágica de Amazonas, escribió en su red social, camina el espíritu guerrero de los indígenas contra la tiranía y la discriminación. Soplo de las cenizas de los guerreros indígenas y la invocación del Dabukuri, así fue la marcha de los shamanes y las maracas. Guarulla invocó, «Que las cenizas vuelen y bajen los espíritus guerreros a perseguir a todo aquel que nos ha hecho mal»


El Dabukuri es un ritual en la selva amazónica, practicado para la integración de las distintas etnias que habitan la zona. Ha sido propuesto como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO. Sin embargo, según reportes de la prensa local, las “víctimas” del Dabukuri cuando se convierte en maldición pierden todas sus riquezas y su vida se llena de dolor, se deja leer en el portal RunRun.


El hombre es un ser religioso por naturaleza, necesita creer y cree. Pensar que esto del Dabukuri es un asunto banal es no caer en la cuenta de la experiencia sagrada que involucra sus creencias dentro de la conciencia humana. Estas formas religiosas son múltiples, como vimos, pero el hombre religioso siempre estará relacionado con lo sagrado que se manifiesta siempre como una realidad de un orden totalmente diferente al de las realidades naturales.


Cuesta creer porque al occidental moderno le cuesta trabajo aceptar que, para determinados seres humanos, lo sagrado pueda manifestarse en las piedras o en los árboles que es un hecho sagrado para los indios, por ejemplo, y es que lo sagrado constituye una modalidades de estar en el mundo. ¿Quién dice que el cerro Autana o la montaña de Sorte no es una experiencia sagrado para algunos? El Autana, para la etnia Piaroa, representa el producto de una legendaria historia que refleja su cultura ancestral, el árbol de la vida: Caliebirri- Naé. La montaña de Sorte, es la representación máxima del culto a Maria Lionza o diosa Yara. Dice la santera Meyra Peña que Sorte es tan poderosa que por la noche las raíces de los árboles desprenden luz. La religión se convierte en una expresión cultural que va a fijar el hecho social.


Dice Mircea Eliade, especialista en mitología, chamanismo e historia de las religiones, «Al occidental habituado a relacionar espontáneamente las nociones de lo sagrado, de religión e incluso de magia con ciertas formas históricas de la vida religiosa judeo-cristiana, las hierofanías extranjeras le parecen en gran parte absurdas. Aunque estuviera dispuesto a considerar con simpatía ciertos aspectos de las religiones exóticas —y en primer lugar de las religiones orientales—, le sería difícil comprender la sacralidad de las piedras, por ejemplo, o el erotismo místico»


Para el indio Liborio Dabukuri representa la conciencia de su propia humanidad, de los Baniba y de la experiencia sagrada de sus culturas. Esto resultará trivial para algunos pero es necesario que se enseñe las culturas y expresiones religiosas que no nos son familiares, una forma de ser propia. ¿Por qué Dabukuri ahora y no antes? Las razones la tendrá Liborio pero ante situaciones límites el hombre experimenta su finitud de su ser en un universo que le sobrepasa, porque el hombre es limitado y recurre a sus dioses por la fe. Entonces, el que no cree se queda en esa limitación.


El cristiano católico recurre a su Dios pero los indígenas Baniba recurrieron a Dabukuri y probablemente el chavismo recurrió a sus babalaos o espíritus de la sabana. La crisis que atraviesa Venezuela va más allá de lo económico, político y social; alcanzó el plano mágico religioso porque ellos, el chavismo, cree profundamente en esas expresiones religiosas y en esas experiencias sagradas. Así que, si usted tiene pollos y gallinas, protéjalos.


Dabukuri y chavismo
















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