VENEZUELA NECESITA UN GENOGRAMA.
- Reynaldo Piña.
- 7 jun 2016
- 3 Min. de lectura
Hace poco leí un texto, «Venezuela: identidad y ruptura» de Ángel Bernardo Viso y encuentro plenamente justificable al autor cuando dice que «en nuestro país no puede afirmarse que todo tiempo pasado fue mejor». Tiene razón porque pudo ser mejor, y digo pudo, porque la elite de turno en la época pre y post independentista así no lo quiso debido las constantes luchas por el poder. La ambición, en la mayoría de las veces.
Venezuela necesita un genograma, porque a los adolescentes que les doy clases y me dediqué a preguntarles si ellos se sentían «españoles» y si veían a sus padres cómo «españoles» todos respondieron al instante con un «¡mi alma!, profe.» Es decir, compartimos el mismo idioma (el que vive en Maracaibo tiene más razón de serlo: habla de vos), la religión, las instituciones, gastronomía y no se identifican con españoles; de hecho, muchos los rechazan. Justifico al autor cuanto dice, en cuanto al venezolano, que desconoce en su infancia que descienden de españoles.
Por otra parte, tampoco se sentían indios, «Indios que no conocemos a pesar de que llevamos su sangre» como lo dijo el autor en su texto, desconocemos del pasado, estamos atados al presente sin imaginar lo que está por venir. Si no maduramos en lo que ha sido nuestro pasado, si no recordamos lo que hemos hecho y dejado de hacer, estamos condenados rotundamente al fracaso. Estamos en fracaso y venimos de un fracaso en la historia inmediata. El venezolano no conoce su pasado. En Maracaibo, desconocen que el escudo dice «Muy Noble y Leal», a propósito de su lealtad a la corona española.
Debido a eso, una historia incomoda es aquella que describe, analiza, reflexiona y se cuenta contraria a los intereses de poder de turno, es una historia «negra, falsa», que no debe estar en aulas. Una historia imaginada en función a los intereses de turno. Decir hasta el cansancio que el proceso de colonización fue una lucha sangrienta es un pleonasmo, todo proceso colonizador es violento. De hecho, tergiversar la historia, para establecer una línea ideológica y alienar mentes es un proceso violento igual, o peor, que una colonización; en suma, se coloniza la mente del sujeto.
Decir que Bolívar es el gran héroe y encima desconocer los aspectos positivos del legado español es una total contradicción porque, en ese sentido, son «monoteístas» (cómo el cristianismo que vino de España) hasta en los propios dioses imaginarios y además, Bolívar, cabalgó con su autoritarismo en su afán de conquistar e independizar, así como los españoles. Lo mismo.
Resentimiento y culpabilidad producto del egoísmo al cambio de identidad (americano español). «La clase dominante, después de la independencia y hasta nuestros días ha adoptado el punto de vista de las clases oprimidas» Afirma Viso en su texto. Mientras no hagamos conciencias de nuestras virtudes y dejemos el racismo al español seguiremos siendo “niños” como nación. Conviene destacar que no es descabellado pensar que, en ese sentido, es tan “normal” en el venezolano el «Síndrome de Estocolmo» que se apoderó del tuétano de la sociedad y se acostumbró a vivir en decadencia.
Negar de la conquista y colonización, qué es aceptable, es admitir que el Indígena venezolano era una de las civilizaciones con mayores signos de atraso en América, muy por debajo de Incas, Aztecas y Mayas; apenas eran recolectores, cazadores y pescadores. Es necesaria una ruptura pacifica y noble, del proceso colonizador, en el imaginario del venezolano para tener una conciencia de desarrollo.
No es por casualidad que se hable de “emancipación”, y poco de independencia, que según el DRAE es «Libertar de la patria potestad, de la tutela o de la servidumbre» porque «Venezuela» es una niña que se fue de la casa de su madre por complejos de aceptar su herencia. Estaba sola, vulnerable y seguirá perdiendo hasta tanto no descubra su identidad, sus genes y raíces.
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